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La mamografía es la prueba idónea en la mayoría de los casos para el estudio de la glándula mamaria.
El cáncer de mama es una de las causas más importantes de muerte por cáncer en la mujer. Ya que muchos de estos cánceres son tratables cuando se detectan en una fase precoz, es esencial el uso de técnicas diagnósticas para detectarlo lo antes posible. Para ello, se realizan pruebas de screening de manera periódica a la mujer a partir de los 40 años. Este estudio debe ser realizado a una edad más temprana si existiera algún signo o síntoma de los anteriormente comentados o una historia familiar de cáncer de mama. Ésto hace que la mayoría de los tumores de la mama que se detectan en la actualidad estén en estadios muy precoces, lo que aumenta enormemente las posibilidades de éxito.
Si tiene alguna mamografía anterior, es muy importante llevarla para su comparación con el estudio actual. En el día de la exploración, no debería usar polvos de talco, perfumes o desodorantes. Se recomienda llevar un sostén confortable, y la paciente puede continuar con la medicación habitual, a menos que se le indique lo contrario.
Es un método diagnóstico que emplea rayos X. Las radiografías se obtienen colocando la mama en una máquina especial llamada mamógrafo, que está diseñada para que el haz de rayos atraviese la mama y plasme la imagen de ésta en una película sensible a los rayos X. Para cada exposición, la mama se mantiene en compresión, de manera que se adquiera una imagen lo más clara y nítida posible. El grado de presión óptimo necesario para una buena calidad de imagen puede causar cierta molestia momentánea. La radiación no produce calentamiento de los tejidos mamarios ni otro tipo de complicaciones.
A menudo, la mama es, además, examinada usando la tomosíntesis, que permite realizar un estudio multiplanar de la mama, evitando la superposición de estructuras. Así se consiguen detectar tumores ocultos en la mamografía convencional. Con este fin se suele emplear también la ecografía, y de ésta manera realizar el diagnóstico más fiable y preciso de la mama.
La prueba dura alrededor de media hora. Después, podrá realizar vida completamente normal.
Después del estudio mamográfico basal a los 40 años, una mujer debería realizarse una mamografía cada uno o dos años hasta la edad de los 50 (la periodicidad exacta debe ser discutida con su médico). Después de la edad de los 50 años, se recomienda una mamografía anual.
La mamografía digital ha sido mejorada al incorporar una nueva tecnología, la TOMOSÍNTESIS.
Consiste en realizar en un mismo tiempo, además de la mamografía normal, cortes tomográficos de la mama, como un scanner de cortes muy finos de 1 mm de espesor que permite evitar la superposición de tejido, como una mamografía en 3D que resulta especialmente útil en mamas densas.
La tasa de irradiación de la TOMOSÍNTESIS está dentro del rango de la normalidad y necesita algo menos de compresión que la mamografía convencional, lo que supone una menor molestia para la paciente.
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